jueves, 6 de junio de 2019

Carta a mi niño

Carta a mi niño:
        - Mamá, ya soy bueno. ¿Puedo volver a tu escuela otra vez?...

Una mañana soleada de septiembre nos subimos juntos al coche.- ¡Por fin ! ¡Qué alegría! -Mi niño se viene conmigo. -Allí vas a aprender un montón de cosas. Ya verás que seño más guay.Conocerás muchos niños. Y nos podremos ver. -

Un mes más tarde, nuestras mañanas ya no eran soleadas...- ¡ Joder! -Menudo camino me espera. -Cariño...no llores más, por favor. Mamá no lo puede soportar.- Pero es que mamá, yo ya no quiero ir más. ¿No podemos quedarnos en casa?- No, mamá tiene que trabajar.-

Es que el niño debería haber ido a otro cole- decía la gente.- Le cuesta porque sabe que estás allí. Si te ve quiere estar contigo. -

Dos meses más tarde discutía con tu padre por teléfono una mañana. -Esto no puede ser. No podemos seguir así. Llegamos llorando los dos al colegio. Yo así no puedo trabajar. - Qué egoísta era mamá por aquel entonces, cariño. No pensaba con el corazón...

Tres meses después me decía tu señorita. -Hoy ha vuelto a morder. Lo he sentado para que pensara. Y al llegar a casa, te preguntaba y me decías - No quiero hablar de eso contigo, mamá. Ya lo hablé con la seño. - Y yo miraba a papá y le decía por lo bajini: -Ha tenido un día duro...No quiero presionarlo. Se tiene que sentir fatal. -

Cuatro meses más tarde nos hablabas de un enano gruñón. -Cariño y qué es eso de un enano gruñón? -Y nos contabas- Es un sitio donde se sientan los niños. -Todos los niños cariño?- No, mamá. Sólo los niños que somos malos.- Cariño mío, tú no eres malo. No hay niños malos- Se nos encogió el corazón. Nos miramos, y sin hablar...lo dijimos todo. 

Cinco meses después...Ya no llorabas en el coche...Ibas durmiendo. Al llegar no te querías separar de mi. Yo tampoco de ti. Aunque lo disimulaba. 

Seis meses más tarde las mañanas eran oscuridad, soledad y llanto. Y las noches también. -Mamá...no quiero ir al cole.- ¿Por qué cariño? .- Tengo miedo. -¿De qué mi vida? -Porque a lo mejor cuando estemos sentados en las estrellitas de la asamblea me muevo y me sientan en el enano gruñón. Yo no quiero sentarme en esa silla. 

Siete meses después te dije que buscaríamos otro cole. -¿Por qué mamá? Me gusta mi cole. Cariño, ¿qué es lo que te gusta de tu cole.?- Mi amigo Saúl mamá. -Ya mi vida. ¿ Podrías quedar con él fuera del cole, o ir de visita?...

Fue entonces cuando comenzamos a visitar colegios y a coincidir en jornadas de puertas abiertas con algunas familias que andaban buscando una educación más acorde con nuestro modo de entender la educación y el aprendizaje: Waldorf, Montessori... Hasta el día que fuimos a visitar La Cantonera. 

Fue entrar en ese sitio y sentir la magia. Recuerdo que estaba muy atenta a la presentación de este proyecto:¡ una Escuela Libre! Había oído hablar de ellas...pero nunca pensé poder formar parte de una de ellas.Yo oía las palabras de aquel maestro y padre, y al mismo tiempo se dibujaban claramente las líneas de aquello que estaba buscando. No sólo para mi hijo... Me dije: ¡Así podría ser la "Escuela de Todos"! 

Disfrutaste  mucho de aquel espacio aquel día. 

Ocho meses más tarde...No quiero contar lo que pasó ocho meses más tarde. 

En el noveno mes me parí a mi misma. Y también tú volviste a nacer. 

Crecimos rápido en la Cantonera. Y todo lo que hacemos es autoconocimiento y aprendizaje mutuo. Y continuamos creciendo ahí. No es un lugar perfecto. Nadie lo es allí. Ni lo queremos ser. Crecemos juntos. 

Lo que la hace diferente es la comunicación y el sentido de pertenencia a una tribu. Allí cambiamos el:  -¡Dáte prisa!-por - Podemos estar un rato más aunque deseo irme.- ¡Vale! ¡7 minutos más!- el - No se llora- por - Veo que estás triste. Te escucho. - No imponemos, ofrecemos, proponemos...acompañamos. Es un lugar al que vienes a pasar tu mañana, tu tiempo ...tal y como tú eres. Un lugar seguro, donde te dejan arriesgar porque tu cuerpo te lo pide. Dónde buscas respuesta a tus preguntas y te acompañan en tus respuestas, sin juicios, sin prisas. No nos separan los pupitres, ni nos detienen los cambios de profesor. 

Y así...todo lo que va surgiendo es ya en sí una fuente de aprendizaje. En los personajes de tus disfraces, en los libros de tus personajes, en tus momentos en soledad, en tus momentos con tus amigos, cuando viajas por el mundo siguiendo a tu equipo de fórmula uno, escalando árboles , inventando colores... Cuando te detienes a mirar cómo pinto y te digo -Yo pinto así pero hay muchas maneras de colorear. A mi me gusta hacer primero el borde y luego ir hasta el centro poco a poco. Pero hay gente que lo hace haciendo rayas en todos los sentidos, pintando hacia un lado, en círculos-.Y me respondes - Sí, mamá. En La Cantonera hay niños que se sientan a pintar y empiezan y terminan. Otros se sientan y se levantan, se sientan y se levantan... - Sí, es lo mismo. Y a ti...¿cómo te gusta?. -A  mi me gusta sentarme y levantarme mami. 

Los niños vienen a este mundo puros, llenos de sabiduría. Y así sucede contigo también. Y comenzó a suceder el día que te devolví tu vida, el día que comencé a escucharte. Mágicamente entre más te escuchaba a ti,  mejor me podía escuchar a mi. El día que decidimos que se puede aprender de manera espontánea porque es la forma natural en la que el ser humano manifiesta su necesidad de saber, de aprender, de comprender, de resolver sus dudas y conflictos... Porque nuestra mirada ya no puede contemplar el aprendizaje impuesto, que viene de fuera y no de dentro. 

Poco después de un año y medio...un día, en la cama...me dijiste.-Mamá, ya soy bueno. ¿Puedo volver a tu escuela otra vez?... Lo siguiente que dijiste fue - Bueno, no. Echaría mucho de menos a mis amigos, y salir al patio cuando quiero, y comer cuando quiero, y jugar cuando quiero... Te respondí - Cariño... cuando quieras hablar conmigo, puedes llamarme por teléfono- con la tranquilidad de saber que las personas que te acompañan te ofrecerán su teléfono si necesitas hacerlo. 

Ha pasado el tiempo. Estamos muy contentos de haber encontrado este lugar para ti, mi niño. Agradecidos de poder compartir con estas lindas familias lindos caminos. 

Te quiere,
Mamá. 



La Cantonera

Érase que se era un lugar hecho para soñar. 
Érase que se era la historia de la escuela pero al revés.

Lo importante ya no lo era
Jugar importaba otra vez.

Sumas en la pared.
- ¡ 7 minutos más !
Árboles para escalar.
Árboles para escuchar.
Árboles para soñar...

Una escuela de maestros, 
una escuela al revés. 
¿Quiénes son los que están atentos?
Allí todo es al revés.

Vi un reloj volar, 
un arenero de cristal
y un caracol patinar.
 
Unos duermen.
Otros sueñan. 
Y sus ojos que se abren 
para despertar.

Érase que se era una escuela al revés. 

miércoles, 11 de julio de 2018

Aprender es vivir

A veces, las personas que desconocen cómo funciona una escuela activa en la que el niñe se desarrolla de forma holística, en la que al niñe se le ofrece y se le permite elegir y se le va dando a medida que el niñe se va preguntando, cuestionando,  me preguntan: pero... ¿cuándo aprenderán a leer?, ¿cuándo aprenderán ortografía?, ¿cuándo a multiplicar o inglés?, ¿y si nunca muestran interés?...y así. 
Subestimamos el trabajo serio de la infancia: el juego. Subestimamos pues, las bases de todo aprendizaje. El juego como la forma  más elevada del ser humano de explorar y entender el mundo, el juego como actividad espontánea programada en nuestras células que permite que nos conozcamos y conozcamos a los demás y el entorno que nos rodea . 
En el mundo de los adultos tomarnos en serio que un niñe aprenda no pasa por dejarlo jugar libremente el tiempo que necesite y que vaya aprendiendo del día a día y de la vida.  Para un adulto, para el tradicional sistema educativo y para el actual y dominante sistema de creencias en nuestra sociedad actual,  un aprendizaje serio pasaría por sentarse a leer cada día, practicar cálculo con adultos que corrijan y aseguren resultados «correctos», pasaría por  enseñar reglas gramaticales y ortografía para que escriban «correctamente»... El mensaje sería: “ahora sabes dónde está Júpiter, aunque no sepas cómo te sientes, qué te apasiona”.
 Desconfiamos de los niños y del ser humano en general porque nos dijeron que para aprender había que ir a un único lugar y nos contaron el cuento de que fuera de la escuela acceder a una educación digna y de calidad no era posible. Pero los tiempos han cambiado y la información, el conocimiento, no es algo encorsetado ni encapsulado. Hay miedo, miedo de que no todos reciban una educación mínima, de que las condiciones y el contexto desfavorezcan a personas y a niños con realidades que podrían desfavorecer su aprendizaje. Se nos olvida que somos seres creativos diseñados biológicamente para cooperar...y se nos sigue alimentando en la competición, el miedo y en el así no se puede. ¡Cómo si sólo hubiese una forma de hacer las cosas! 
Soy Nayra, soy maestra y acompañante, soy, de momento, directora de una escuela activa y si quieres saber más, si lo deseas puedo contarte cosas, puedo explicarte qué es una mente escolarizada y contarte otras historias, otras experiencias, otras realidades posibles sobre la educación y la enseñanza. Porque hay muchas maneras de hacer las cosas y aprender es vivir y vivir, aprender. 

sábado, 16 de septiembre de 2017

7 propuestas para trabajar habilidades para la Vida en familia

Hoy he leído este artículo sobre algunas habilidades necesarias para la vida y que han sido ignoradas por la escuela .  Las 7 habilidades  que señala el artículo son:
1-Seguir una pasión
2-Aprovechar los errores
3-Valorar el tiempo
4- Gestionar las emociones
5- Ser resiliente
6- Negociar
7-Buscar el equilibro
Y éstas son MIS PROPUESTAS A LAS FAMILIAS en caso de que no se practiquen en la escuela:
1-Crear espacios para que en casa tus hijos se mantengan conectados a su pasión
2-Hablar de sus errores y de sus emociones ante estos errores.Agradecer en familia el poder crecer de estos errores no sólo a nivel personal sino familiar también
3- Gestionar el tiempo en familia después de la escuela. Los niños tienen derecho a decidir y a que se les tenga en cuenta en cualquier situación de su día a día
4- Todos los miembros de la familia necesitan escuchar en su día a día la pregunta cómo te sientes ante esto o aquello. Ampliar vocabulario relacionado con las emociones, sal del bien o mal. Pueden leer libros sobre emociones o comentar el emocionario y jugar a juegos sobre emociones
5- Practicar la escucha activa y validar las emociones familiares, tanto las eufóricas como las disfóricas. Ya en calma charlar sobre qué oportunidad/es tienen ante aquellas situaciones que se les presentan y que en principio no les gustan.
6-Negociar en familia. Practicar el consenso
7-Aburrirse, pasar tiempo en la naturaleza, practicar la contemplación...

¿Qué te parecen? Quizás tú tengas otras propuestas que te gustaría compartir conmigo. Déjanos tu comentario